Ahora que hemos acabado los exámenes que han puesto fin al cuatrimestre parece un buen momento para hacer balance de lo que ha supuesto para mí la asignatura de Historia Económica de la Edad Moderna.
Lo primero que me parece importante destacar es que esta asignatura ha sido diferente a todas las demás. Desde el primer momento vimos la posibilidad de trabajar de un modo distinto a como lo hacíamos en las demás clases, puesto que se pretendía evitar que el profesor fuese el único que llevase a cabo la impartición de la materia, sino que parecía mucho más interesante que los propios alumnos seleccionásemos un tema de nuestro interés y trabajásemos en él, mostrando a nuestros compañeros los avances que íbamos consiguiendo a través de exposiciones. Al principio resultó difícil, puesto que trabajar en grupos siempre es complicado por la diversidad de opiniones y, sobre todo, porque nos costó un poco dar con la bibliografía adecuada para realizar nuestra investigación, que en nuestro caso trataría sobre el comercio español con América. Pero una vez que cada una de nosotras tuvo claro la parte del trabajo que tenía que hacer nos dedicamos a ello y conseguimos aprender mucho sobre nuestros temas y el de nuestras compañeras, para conseguir al final hacer un trabajo que lograse resolver las incógnitas y alcanzar los objetivos que nos habíamos propuesto.
Para poder hacerlo, era necesario leer cada semana los libros que íbamos encontrando y seleccionar la información que nos resultaba útil en relación con nuestra parte del trabajo, para ir avanzando en una investigación en la que el profesor era testigo de los avances por medio de las memorias semanales.
Paralelamente al trabajo, la asignatura iba avanzando en las clases. Como la mayor parte de la materia se iba tratar en los trabajos de los demás compañeros, en clase sólo tratamos los temas correspondientes al pensamiento económico y a la agricultura en la Edad Moderna.
En la introducción vimos algunas características de la economía moderna y de la Historia Económica, y aprendimos cómo se pasó de la escuela de Annales, que buscaba hacer una Historia total, al marxismo británico, cuyo tema principal era la explicación de cómo se pasaba del feudalismo al capitalismo, y posteriormente a la cliometría, que se caracterizó por una radicalización de la cuantificación y la matematización de cualquier categoría histórica.
Para poder entender el pensamiento económico de los siglos modernos fue necesario acercarse al menos superficialmente al pensamiento económico medieval, explicando alguno de sus rasgos característicos y haciendo referencia a dos de sus autores principales: santo Tomás de Aquino y Nicolás de Oresme. En los siglos XVI y XVII la escuela que regía la economía europea era el Mercantilismo, asentado sobre el intervencionismo del rey en materia económica y el bullonismo o creencia en que un país es más rico cuanto más oro y plata posee. Se desarrollaron variantes nacionales en diferentes lugares de Europa. Así, en España lo conocemos con el nombre de “arbitrismo”, caracterizado por las soluciones que un grupo de autores proponen para remediar los males que acuciaban a la monarquía. Igualmente en Inglaterra se va a dar respuesta a problemas particulares. Francia se caracteriza fundamentalmente por en empeño que pone en el desarrollo de la industria de la mano de Colbert, y Holanda pro el hincapié que hace en el comercio.
El siglo XVIII es el de la Fisiocracia, que nace en Francia considerando al producto agrícola como fuente primaria en la elaboración de la riqueza. Sus mayores teóricos fueron Quesnay, Turgot y Dupont de Nemours. En 1776 Adam Smith publicó “La Riqueza de las Naciones”, que da origen al pensamiento liberal, cuya máxima es "laissez faire, laissez passer", haciendo referencia a la total libertad en la economía.
De todos los sectores económicos, la agricultura era el principal en la Edad Moderna. De ella dependían los demás sectores y de ella vivía la inmensa mayoría de la población. Por eso estudiarla en mayor profundidad ha resultado muy útil a la hora de introducirnos en la economía de los tiempos modernos. Además de los productos, el utillaje, las técnicas de cultivo y las formas de propiedad, también hemos aprendido las tendencias de la producción en el mundo moderno y cómo se articulaba la agricultura en dos de los países más importantes de Europa económicamente hablando: los Países Bajos e Inglaterra.Sobre el resto de los temas del programa pudimos aprender con los trabajos de los demás compañeros, que al igual que nosotras expusieron en clase los avances que iban consiguiendo y las conclusiones finales a las que llegaron, como también hizo mi grupo. De este modo, esta asignatura ha servido para aprender muchísimas cosas de la economía europea en los siglos modernos de una forma poco tradicional y que nos ha resultado más amena que las clases tradicionales, puesto que han sido nuestros propios compañeros y nosotros mismos quienes hemos enseñado a los demás todo lo que hemos aprendido acerca de nuestro tema.
Lo primero que me parece importante destacar es que esta asignatura ha sido diferente a todas las demás. Desde el primer momento vimos la posibilidad de trabajar de un modo distinto a como lo hacíamos en las demás clases, puesto que se pretendía evitar que el profesor fuese el único que llevase a cabo la impartición de la materia, sino que parecía mucho más interesante que los propios alumnos seleccionásemos un tema de nuestro interés y trabajásemos en él, mostrando a nuestros compañeros los avances que íbamos consiguiendo a través de exposiciones. Al principio resultó difícil, puesto que trabajar en grupos siempre es complicado por la diversidad de opiniones y, sobre todo, porque nos costó un poco dar con la bibliografía adecuada para realizar nuestra investigación, que en nuestro caso trataría sobre el comercio español con América. Pero una vez que cada una de nosotras tuvo claro la parte del trabajo que tenía que hacer nos dedicamos a ello y conseguimos aprender mucho sobre nuestros temas y el de nuestras compañeras, para conseguir al final hacer un trabajo que lograse resolver las incógnitas y alcanzar los objetivos que nos habíamos propuesto.
Para poder hacerlo, era necesario leer cada semana los libros que íbamos encontrando y seleccionar la información que nos resultaba útil en relación con nuestra parte del trabajo, para ir avanzando en una investigación en la que el profesor era testigo de los avances por medio de las memorias semanales.
Paralelamente al trabajo, la asignatura iba avanzando en las clases. Como la mayor parte de la materia se iba tratar en los trabajos de los demás compañeros, en clase sólo tratamos los temas correspondientes al pensamiento económico y a la agricultura en la Edad Moderna.
En la introducción vimos algunas características de la economía moderna y de la Historia Económica, y aprendimos cómo se pasó de la escuela de Annales, que buscaba hacer una Historia total, al marxismo británico, cuyo tema principal era la explicación de cómo se pasaba del feudalismo al capitalismo, y posteriormente a la cliometría, que se caracterizó por una radicalización de la cuantificación y la matematización de cualquier categoría histórica.
Para poder entender el pensamiento económico de los siglos modernos fue necesario acercarse al menos superficialmente al pensamiento económico medieval, explicando alguno de sus rasgos característicos y haciendo referencia a dos de sus autores principales: santo Tomás de Aquino y Nicolás de Oresme. En los siglos XVI y XVII la escuela que regía la economía europea era el Mercantilismo, asentado sobre el intervencionismo del rey en materia económica y el bullonismo o creencia en que un país es más rico cuanto más oro y plata posee. Se desarrollaron variantes nacionales en diferentes lugares de Europa. Así, en España lo conocemos con el nombre de “arbitrismo”, caracterizado por las soluciones que un grupo de autores proponen para remediar los males que acuciaban a la monarquía. Igualmente en Inglaterra se va a dar respuesta a problemas particulares. Francia se caracteriza fundamentalmente por en empeño que pone en el desarrollo de la industria de la mano de Colbert, y Holanda pro el hincapié que hace en el comercio.
El siglo XVIII es el de la Fisiocracia, que nace en Francia considerando al producto agrícola como fuente primaria en la elaboración de la riqueza. Sus mayores teóricos fueron Quesnay, Turgot y Dupont de Nemours. En 1776 Adam Smith publicó “La Riqueza de las Naciones”, que da origen al pensamiento liberal, cuya máxima es "laissez faire, laissez passer", haciendo referencia a la total libertad en la economía.
De todos los sectores económicos, la agricultura era el principal en la Edad Moderna. De ella dependían los demás sectores y de ella vivía la inmensa mayoría de la población. Por eso estudiarla en mayor profundidad ha resultado muy útil a la hora de introducirnos en la economía de los tiempos modernos. Además de los productos, el utillaje, las técnicas de cultivo y las formas de propiedad, también hemos aprendido las tendencias de la producción en el mundo moderno y cómo se articulaba la agricultura en dos de los países más importantes de Europa económicamente hablando: los Países Bajos e Inglaterra.Sobre el resto de los temas del programa pudimos aprender con los trabajos de los demás compañeros, que al igual que nosotras expusieron en clase los avances que iban consiguiendo y las conclusiones finales a las que llegaron, como también hizo mi grupo. De este modo, esta asignatura ha servido para aprender muchísimas cosas de la economía europea en los siglos modernos de una forma poco tradicional y que nos ha resultado más amena que las clases tradicionales, puesto que han sido nuestros propios compañeros y nosotros mismos quienes hemos enseñado a los demás todo lo que hemos aprendido acerca de nuestro tema.