miércoles, 28 de noviembre de 2007

Fisiocracia


La fisiocracia. Laissez faire, Laissez passer.


La fisiocracia (gobierno de la naturaleza) es un sistema económico complejo que surgirá en la Francia de la ilustración y que prevalecerá durante todo el siglo XVIII. Su vinculación con el movimiento ilustrado será amplia y proliferarán durante este siglo los escritos de carácter fisiócrata -incluyendo La Enciclopedia- en los que el sector agrícola fundamentará los pilares económicos, así como los sociales y políticos, de este periodo.
El pensamiento fisiócrata se expandirá por otros lugares – al contrario que ocurriese con el mercantilismo- al tratarse de la primera escuela de pensamiento económico reconocida, muy homogénea y coherente en sus doctrinas, representada por grupos con conciencia de serlo, que se encargarán de realizar publicaciones periódicas para contribuir a la difusión de sus ideas.
La razón de que surja en Francia es debida a que el capitalismo comercial aún no se había sentado en territorio galo, por lo que el sector agrícola conservaba un gran peso a nivel social, aunque no podemos obviar las circunstancias socio-políticas de la época, pues los inicios del pensamiento fisiocrático serán coetáneos al reinado de Luis XIV en cuyo mandato habrá dos periodos diferenciados respecto a la vida económica francesa, ya que en una primera fase, hasta 1700, se vivirá un periodo expansionista, mientras que a partir de dicho año, se producirá un estancamiento económico y una posterior recesión: desembolsos cuantiosos causados por la guerra, préstamos, déficit, baja de precios y de salarios así como calamidades varias como fueron las epidemias .
Además la fisiocracia surgirá en gran medida- ya con Law o Cantillon - como reacción al pensamiento mercantilista, representado en Francia en la figura de Colbert, cuya política económica no había contribuido al crecimiento del país.

El sistema de los fisiócratas requería una completa reconstrucción de la economía, ya que su propósito fue reorganizar la economía francesa por medio de una reforma tributaria promoviendo un sistema agrícola eficaz y a gran escala.
Parten de un concepto dinámico de la riqueza, pues ésta puede ser creada mediante la agricultura, que será la fuente primaria en la elaboración de dicha riqueza.
Esta concepción se debió también a fuertes factores socio-culturales ( la formulación de esta doctrina se desarrollaría durante la guerra de los Siete Años) pues era la aristocracia la que poseía mayores territorios, por lo que en realidad esta tendencia de pensamiento económico defiende los derechos del propietario, siendo por ello una doctrina de corte conservador que apoyaba algunas tesis del absolutismo. No se tratará por tanto de una escuela revolucionaria.

Los fisiócratas imaginaban el orden natural de la sociedad regulado por el principio del individualismo. La frase “laissez faire, laissez passer” se acuñó en relación con el pensamiento de los fisiócratas como afirmación de ese individualismo económico que se completaba por un profundo respeto con la propiedad privada. Los fisiócratas buscaron el manantial de la riqueza en el suelo cultivable, apartando la mirada del consumo y de la circulación, la dirigieron a la producción y a la distribución.

Respecto al resto de sectores económicos, son vistos como dependientes de la primacía agrícola, ya que el comercio, la artesanía y la industria serán considerados como sectores estériles basados en el intercambio, que no implican una producción y que por lo tanto, no generaban riqueza como ocurría con la agricultura. Es por esta razón por la que el comercio o la industria habían de depender irremediablemente del sector agrario.
A pesar de ello encontramos en sus planteamientos una ruptura respecto al Antiguo Régimen, ya que defendían el libre comercio y la abolición de los privilegios. Quizá no fuese muy aventurado afirmar que las ideas fisiócratas hubiesen favorecido un incipiente orden burgués ya que las esperanzas que habían concebido los fisiócratas de que el absolutismo ilustrado llevaría a la práctica sus ideas, no se vieron realizadas, y aunque es cierto que La Revolución Francesa (1789) prescindió de los principios fisiocráticos, hubo de ser ella la que decretó la abolición de las cargas feudales, la supresión de las aduanas interiores y la libertad profesional haciendo del impuesto territorial la principal base de las finanzas francesas.

Será François Quesnay (1694-1774) el principal referente en la causa fisiócrata. Fue médico personal de Luís XV y de su esposa en Versalles y en 1756 y 1757 escribió para la Enciclopedia los artículos “Fermiers” y “Grains”, componiendo en 1758 su “Tableau economique”, publicado dos años después como suplemento al Ami des hommes de Mirabeau. Sería esta su principal obra ya que se encargaría de marcar unas fórmulas económicas de análisis.
Según Quesnay la sociedad estaba sujeta a las leyes naturales y por ello las actividades y leyes humanas (ordre positif) habían de realizarse de acuerdo con estos principios de la naturaleza (ordre natural).
Entorno a su figura se reunió un grupo entusiasta de partidarios, a cuya cabeza estaba Mirabeau. Sus ideas hallaron también eco fuera de Francia dónde algunos adoptaron sus principios, y otros utilizaron el mercantilismo para defenderse.
Utilizó un sistema en equilibrio en el que la interacción de las tres clases económicas que él contemplaba, campesinos, terratenientes y artesanos, producían la renta nacional aunque la idea central es que la productividad era algo exclusivo de los campesinos que al aplicar su trabajo a la tierra producían un superávit, un exceso sobre el coste de producción, el llamado producto neto.

* “Le tableau economique”:

De un modo gráfico Quesnay trató de explicar la circulación del producto neto de la agricultura - que es la diferencia resultante de la producción total agrícola menos lo invertido en dicha producción- y que daba lugar al circuito de la economía de tránsito, y lo hizo comparándolo con la circulación de la sangre.
Le tableau muestra una economia en equilibrio, en un estado en los que los ingresos nacionales se reproducen a sí mismos.
Para él, este equilibrio era proporcionado por la existencia de tres clases. La más importante la constituyen los propietarios que tienen que ser los beneficiarios últimos para que funcione el sistema, pero están obligados a poner en funcionamiento sus tierras para obtener del arriendo el produit net ( producto neto) a los que además se les aplicaría un impuesto único en proporción a dicho producto neto.
Junto a la clase de los terratenientes estaba la de los agricultores, cuyo trabajo proporcionaba el producto neto de los propietarios. En contraste con la clase productiva (la agrícola) encontramos la clase estéril, compuesta de comerciantes e industriales, ya que no eran capaces de producir un superávit, pues el valor de lo que producen es siempre equivalente al coste de producción, así pues únicamente podían obtener sus medios de subsistencia de los agricultores y terratenientes .
En cuanto a la figura del rey, tendría éste dos obligaciones: incentivar y obligar a que las tierras fuesen puestas en producción y recaudar impuestos para el beneficio de la monarquía y por tanto, de sus súbditos.

Además de plantear estas cuestiones, la obra muestra ejemplos basados en las principales propuestas políticas de los fisiócratas, como fueron el libre comercio, la libertad específica de exportación de productos agrícolas y el impuesto único y directo gravado sobre el producto neto, incluyendo temática de corte social, cómo la demografía o la educación, a la que dieron un peso muy importante.

Robert Jacques Turgot (1727-1781) con mayor decisión que Quesnay y continuando con sus ideas se convertiría en el más influyente de todos los fisiócratas. Se opuso al mercantilismo, convencido de la necesidad del libre comercio, y de la importancia de la agricultura representando, teóricamente un avance sobre Quesnay en cuanto a que admite una evolución en la economía política, aunque el gran difusor de la fisiocracia sería Pierre Samuel Dupont (1738-1781) ya que editó obras fácilmente accesibles(calendarios, periódicos…)incluso para el entorno agrícola.

* La fisiocracia en España:

La penetración del tableau y en general de las ideas fisiócratas en territorio español fue lenta y difícil, su recepción fue distinta allí dónde la doctrina llegaba. En muchas ocasiones se confundía el agrarismo mercantilista con la fisiocracia y algunos autores que fueron considerados cómo fisiócratas - Campomanes, Jovellanos y FloridaBlanca – eran simplemente ilustrados que indudablemente introdujeron nuevas ideas económicas, dejando latente la necesidad de una reforma agraria en España.
Tanto en el caso de Jovellanos como de Campomanes la diferencia provenía de la voluntad a la hora de aplicar las propuestas que formulaban, ya que por ejemplo en el tema del comercio libre no adoptaron la doctrina fisiócrata y prefirieron tomar medidas más pragmáticas.
Así como en Francia los fisiócratas recogieron la propuesta de unificar los impuestos, en España se pretendería algo similar, ya que el Marqués de la Ensenada pretendería llevar a cabo una reunificación de impuestos que no pasaría de ser un proyecto, debido a la oposición de la nobleza. Bajo el reinado de Fernando VI se intentó conseguir la uniformidad de la administración borbónica, llevando a cabo Ensenada su famoso catastro, que pretendía hacer un inventario de propiedades territoriales, oficios, rentas y censos, derivando de él el proyecto de única contribución con el que se pretendía que cada contribuyente gravase en función de la riqueza que tuviese , datos proporcionados a su vez por el registro catastral .

Aunque es evidente que existió una similitud muy grande con el caso francés, más bien se adoptaron posturas paralelas a los fisiócratas galos con un esquema similar pero tratando problemas concretos, ya que en la península nunca existió un sistema de economía política fisiócrata como tal.

Hubo dos vías principales de influencia fisiócrata, la primera de las cuales fueron las traducciones. Las primigenias fueron las de un discurso de Mirabeu y posteriormente las de una obra de Qesnay, realizadas por Trigueros y Belgranos. Otra gran influencia fue la de los economistas españoles que aunque no poseían un conocimiento fisiócrata pleno insertaron estas propuestas en sus debates económicos proporcionando nuevas bases teóricas.
Entre los agraristas principales hubo todo un conjunto de obras sobre la necesidad de difundir la ilustración y tratar los temas agrarios, discutidos en las Sociedades Económicas de Amigos del País.
Un personaje controvertido pero destacable en cuanto a las ideas fisiocráticas fue Valentín de Foronda, noble acaudalado educado en Francia, que participó activamente en La Sociedad Vascongada Económica de Amigos del País y que influenciado por distintas escuelas filosóficas europeas, convirtió su inicial pensamiento mercantilista en fisiócrata, construyendo sobre él su modelo de organización económica y social. La fisiocracia fue una influencia muy grande en sus escritos, pero no la única, ya que sometido a influencias muy dispares sus propuestas no fueron siempre coherentes, proceso que no sería exclusivo de este autor, ya que las ideas fisiócratas conocidas y adaptadas por nuestros ilustrados ofrecían diversas contradicciones que en suma fueron las que posibilitaron el avance en la racionalización de la agricultura, y en definitiva impulsaron el progreso del país.






· Bibliografía y recursos electrónicos:



Martínez Ruíz, Enrique
“Introducción a la Edad Moderna”
Madrid. Istmo. (1991)

Lluch, Ernest
Argemí, LLuís
“Agronomía y Fisiocracia en España (1750 -1820)”
Valencia. Institución Valenciana de Estudios e Investigación. (1985)

Sieveking, Heinrich
“Historia de la economía. Desde el siglo XVII hasta la actualidad”
Barcelona. Labor. (1942)


Spiegel, Henry W.
“El desarrollo del pensamiento económico”
Barcelona. Omega. (1996)


Gallica, biblioteca nacional de Francia
Extractos de “Le Tableau Economique”

http://gallica.bnf.fr/ark:/12148/bpt6k106140h


Dirección General del Catastro.
Domínguez, Ortiz, Antonio
“El catastro de Ensenada y su circunstancia”


http://www.catastro.meh.es/esp/publicaciones/ct/ct46/01.%20Antonio%20Dominguez.pdf

1 comentario:

David Alonso dijo...

Estimada Rocío:
Un paso más. Has citado tus fuentes, pero también es interesante que realices citas más pormenorizadas en las que se asienten tus afirmaciones. Es algo básico entre los historiadores.

No es necesario que corrijas nada. Tenlo en cuenta para el futuro, y no sólo en esta asignatura.

Un saludo